Roberto Carlos (Sao Paulo, 1973) ha decidido colgar las botas. Éste es su último año, en el que ya apenas participa como jugador y cada vez está más volcado en labores directivas para organizar la estructura deportiva del Anzhi. Si le vemos de corto es porque todavía tiene que formar a sus compañeros a pie de campo, pero está yéndose. Lo tiene madurado.
Su decisión es firme. Y no se va cualquiera. Es el fin del mejor lateral zurdo de la historia del fútbol. Como dice él, se va porque lo ha ganado todo y el cuerpo le pide parar. No abandona por una lesión. Se va un jugador espectacular que hizo historia con el Real Madrid.
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